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Después de un curso escolar en que los horarios familiares son bastante restrictivos y están muy dirigidos por las obligaciones diarias llegó el verano, y por ello, una época en la que podemos empezar a echar el freno al ritmo frenético escolar para parar y volvernos a re colocar en familia. Tener tiempo se convierte en una oportunidad para fluir con ellos, observarlos y de seguir trabajando nuestro vínculo compartiendo tiempo, juegos y comunicación familiar.


Nuestros hijos están en constante crecimiento y aprendizaje y por ello, y si queremos aportar nuestro granito de arena en las personas que se van haciendo es importante que tengamos tiempo de conexión con ellos, y nada como el verano para ponerlo a prueba.




¿Cómo podemos reconectar con nuestros hijos en vacaciones? Aquí os dejamos unas recomendaciones:


1) Paseos por la naturaleza: cada vez hay más estudios científicos que confirman que los niños aprenden más rápido en el aire libre y que ésta conexión con la naturaleza es fundamental para su bienestar emocional. Nada mejor que sus progenitores para ofrecerles esta oportunidad.


2) Sé partícipe de los juegos que te pidan: El juego es fundamental en la vida de los niños, tanto pequeños como más mayores. Por eso, y si ellos lo piden, re conecta con tu niño interior y entra al juego. ¡Conviértete en su compañero de juegos! ¡Es inolvidable para ellos!


3) Comparte aficiones con ellos y enséñales: leer un buen libro, realizar un deporte, aprender a cocinar... si las primeras experiencias con estas actividades son satisfactorias, aumentaran las probabilidades de que se sigan repitiendo en un futuro.


4) Busca y comparte tiempo para comer, cocinar en familia, aunque todavía sean bebés: compartir tiempo de comida en familia previene la obesidad infantil y trastornos de conducta alimentaria.


5) Y sobre todo, aprovecha para mirarles, obsérvales, escucharles, acompañarles... Si tenemos disposición e interés en estar presentes en su desarrollo físico y psíquico, les estarás ofreciendo un vínculo seguro, fomentando el desarrollo de estructuras cognitivas y emocionales óptimas para hacer frente a sus experiencias de vida.




Por eso, aprovecha el tiempo de verano para reconectar con tus hijos.

Actualizado: 15 sept 2023

Seguramente has escuchado hablar sobre la autoestima como un concepto a trabajar o potenciar, sin embargo, ¿Sabemos realmente lo que es y por qué está formada?

La autoestima es la capacidad de reconocer el valor de uno mismo, tus habilidades, cualidades y encantos. Por otra parte, es lo que hace que el individuo pueda ver sus carencias y defectos. La importancia de la autoestima se ve reflejada en todo lo que hacemos en nuestra vida diaria y condiciona en gran medida cómo nos comportamos, pudiendo ser una motivación o desmotivación para vencer retos o dejarnos vencer por nosotros mismos.





Por otro lado, es una necesidad y es algo innato formado por una serie de componentes que hacen que podamos crear una imagen de nosotros mismos en el mundo mediante la información interna y externa que recibimos a lo largo de nuestra vida y estos componentes son:

-Poder mirarnos a uno mismo para saber cómo somos (autoconocimiento) -El conjunto de características que forman nuestra manera de ser (autoconcepto) -Cómo valoro yo estas características (autoevaluación) -Asumir y aceptar cómo soy sabiendo que hay cosas que me gustan y otras que no (autorrespeto) -Satisfacer mis necesidades emocionales y valorar todo lo anterior (autoestima)


Por tanto, cuando hablamos de autoestima, es necesario tener en cuenta todos estos aspectos, que se van formando desde que nacemos y se irán moldeando a lo largo de toda nuestra vida en base a nuestras experiencias y aprendizajes.


¿Y por qué es tan importante la autoestima? ¿Cómo nos condiciona? La autoestima va a permitirnos desarrollar la confianza en nosotros mismos para relacionarnos con los demás, con nosotros mismos y con el mundo. Si no tenemos esa confianza en nuestras propias capacidades, siempre vamos a necesitar factores externos que nos proporcionen esa seguridad, lo cual hace que generemos una sensación de dependencia y miedo constante a las posibles adversidades que puedan surgir en situaciones importantes para nosotros. Sin embargo, si desarrollamos una autoestima sólida, vamos a ser capaces de confiar en nuestras propias herramientas y nos dará una sensación de seguridad en nuestras relaciones y con nosotros mismos.




Qué papel tienen los padres en el desarrollo de una adecuada autoestima?

Para que los padres podamos ayudar y acompañar a nuestros hijos en el desarrollo personal tenemos que tener en cuenta estos aspectos:


- En la primera infancia, la base de nuestra seguridad es la conexión emocional con nuestros cuidadores. Para ello es fundamental conocernos mínimamente para que podamos conectar emocionalmente con nosotros, y por ende, con nuestros hijos. En una palabra, nuestros hijos necesitan CONEXIÓN emocional.

- Esta conexión ofrece consuelo y entusiasmo , haciendo sentir a nuestros hijos que hablar de sus sentimientos emocionales es grato. Por lo tanto, fomenta el AUTOCONOCIMIENTO.

- Si conectamos y acompañamos se desarrollará un apego seguro en el niño, reflejándose en el desarrollo de una adecuada autoestima que estará presente y resultará determinante en la relación del niño con el mundo exterior.

Por ello, conecta, escucha, acompaña, cuida, vincúlate y emociónate con tus hijos. Eres fundamental e imprescindible en el desarrollo de su AUTOESTIMA.




Si te has sentido identificado con este blog y te gustaría saber más sobre la autoestima, no dudes en contactar. El mes que viene subiremos otro blog en que hablaremos sobre cómo influye la crianza en el desarrollo de nuestra autoestima.


Actualizado: 15 sept 2023

El desarrollo infantil hace referencia a un proceso activo y complejo que se conforma a través de la evolución biológica, psicológica y social del niño. Son en estos primeros años de vida en el que se desarrollarán las habilidades perceptivas, motoras, cognitivas, lingüísticas y sociales del niño que le permitirán interaccionar adecuadamente con el mundo que le rodea. Es por ello por lo que realizar una adecuada estimulación temprana durante los primeros meses de vida del bebé asentará las bases para adquirir futuros aprendizajes, fomentará un correcto desarrollo de las funciones cerebrales del bebé y favorecerá la maduración de las capacidades básicas del bebé como el lenguaje, la capacidad sensorial, motriz, cognitiva, social y emocional.




¿Qué es la estimulación temprana?


La estimulación temprana es el conjunto de actividades, métodos, estímulos y técnicas con base científica que se aplica a niños desde el embarazo hasta los seis años, con el fin de compensar o prevenir déficits en el neurodesarrollo y potenciar el desarrollo cognitivo, social y emocional del niño. Esta estimulación se inicia en el vientre materno, puesto que, será en estos primeros meses de vida en el que el bebé recibirá los primeros estímulos del mundo exterior. Estas primeras experiencias serán las que marquen su vida adulta, y, por tanto, es imprescindible realizar una adecuada estimulación tanto en el embarazo como tras el parto, para lograr un adecuado desarrollo de las capacidades, habilidades y destrezas del bebé.





¿Cómo se hace la estimulación temprana y para qué le sirve a mi bebé?


Existen diversidad de actividades y juegos que pueden utilizarse para la estimulación temprana. Mediante el juego se desarrollan las capacidades generales del niño, favoreciendo su crecimiento intelectual y emocional y proporcionándole salud física. Esta variedad de juegos utilizados en la estimulación temprana enriquece las experiencias tempranas del bebé, desarrollando su aprendizaje y consiguiendo el mayor número de conexiones neuronales, permitiendo que estos circuitos se regeneren y funcionen adecuadamente. Es lo que conocemos como plasticidad cerebral.


A lo largo de esta estimulación se irán aplicando ejercicios, técnicas y estímulos en función del desarrollo madurativo y etapa en la que se encuentre el bebé. En los primeros meses de vida estas actividades se dirigirán a reforzar el vínculo afectivo entre el cuidador y el bebé a través de masajes y estímulos sensoriales. Los meses siguientes se destinarán a actividades que favorezcan el desarrollo psicomotor (es decir, la motricidad gruesa y fina), la autonomía personal, la capacidad atencional, el desarrollo del lenguaje y la comunicación y las habilidades que le permitan relacionarse con el entorno.


En el transcurso de estos meses de aprendizaje será imprescindible respetar el ritmo natural de desarrollo, la predisposición e iniciativa del bebé a realizar las actividades y la independencia y autonomía de este, asegurando que la estimulación sea una experiencia positiva tanto para el bebé como para el cuidador, aplicada a través del juego y del compartir. Además, siempre se priorizará satisfacer las necesidades básicas del bebé (sueño, hambre, cambio de pañal…) antes de realizar ninguna de las actividades y siempre se consultará a un profesional en caso de detectar algún indicador de retraso en el desarrollo madurativo o adquisición de alguna destreza que le corresponda por edad.


Todas las acciones y técnicas implicadas un programa de estimulación temprana deben ir siempre planificadas, consensuadas y acompañadas por un profesional (psicólogo, pedagogo, médico, fisioterapeuta y logopeda)

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