top of page

¿Qué es el sentimiento de vacío?

Cuando sufrimos una pérdida significativa, por ejemplo, un fallecimiento o una ruptura de relación de pareja, es frecuente que conectemos con una sensación de vacío que resulta desagradable y que genera una sensación de desamparo y de desmotivación, pero que forma parte del proceso de duelo. Normalmente, cuando avanzamos en el duelo, progresivamente nos vamos adaptando a la situación nueva sin la persona con la que hemos sufrido la pérdida, y en consecuencia, la sensación de vacío va desapareciendo.  

Sin embargo, en muchas ocasiones, la sensación de vacío no se asocia a ninguna situación puntual que forme parte de un proceso de duelo que la haya desencadenado, sino que es una sensación de angustia permanente o intermitente que se mantiene sin aparentes causas. Esta emoción nos da una fuerte sensación de tristeza, apatía, aburrimiento, desgana, inseguridad, frustración, ansiedad, etc. y nos hace sentir perdidos, heridos y con una sensación de soledad profunda. Se relaciona con una sensación de “no tener nada dentro”, de “sentirse solo” o de que “algo falta en mi vida pero no sé lo que es”.

 

Es como un agujero interior que en muchas ocasiones intentamos llenar de diferentes maneras: con parejas, amistades, adicciones (a drogas, al trabajo, al juego o al sexo), ingesta inadecuada de comida, etc. Esto puede hacer que desaparezca de manera transitoria, pero no de manera permanente, porque no estamos yendo a su origen real, ya que la mayoría de las veces no identificamos una causa ni tampoco sabemos lo que necesitamos. Pero, ¿qué es este vacío emocional?

 


No tiene por qué existir solamente una causa, pero el plano vincular e interpersonal son muy importantes a la hora de explicar esta sensación, que está relacionada en gran medida con nuestra infancia. Nuestro cerebro se desarrolla desde que nacemos y este desarrollo se produce en relación con nuestro entorno. En las relaciones con los demás es donde se crean la mayoría de nuestras conexiones neuronales a través de los vínculos que establecemos en nuestros primeros años de vida, especialmente con nuestras figuras de apego, que van a tener un papel muy importante en nuestra manera de interpretar nuestras propias emociones y las del resto.

 

En dicho proceso de aprendizaje de cómo regulamos nuestras emociones en relación con los demás, vivimos muchas experiencias en las que nuestras necesidades a nivel emocional no están cubiertas, y esto los niños lo perciben como soledad y abandono, ya que no tienen las herramientas cognitivas para procesarlo en otro nivel. Por otro lado, las situaciones que vivimos cuando somos pequeños, según cómo las hayamos procesado, hacen que podamos tener diferentes heridas emocionales que en algunos momentos reaparecen, ya que vivimos situaciones que de manera inconsciente nos conectan emocionalmente con nuestro pasado, en el que nos sentimos de esa forma y no pudimos procesarlo.



Por todo ello, para poder abordarlo, es importante realizar un trabajo interno que nos permita poder abordar esta sensación de vacío. Algunas recomendaciones sobre cómo trabajar el vacío emocional son:


Reconoce tus emociones.

Tómate el tiempo para identificar y aceptar lo que sientes. Puedes escribir un diario emocional en el que escribir sobre tus emociones.

 

Practica la autocompasión.

Se amable contigo mismo, reconoce que es humano sentir dolor y que estás trabajando para sanarlo. Puedes practicar algún ejercicio de mindfulness o meditación, te ayudarán a ser más amable contigo mismo.

 

Trabaja en tu autoconcepto y tu autoestima.

Analiza la imagen que tienes de ti mismo y el valor que te das, juegan un papel importante en cómo percibimos y manejamos las emociones y el sentimiento de vacío.

 

Establece conexiones saludables.

Fortalece tus relaciones con personas que te aporten positividad y supongan un apoyo. Mantén una comunicación abierta y honesta con tus seres queridos.

 

Realiza actividades que disfrutes.

Dedica tiempo a hobbies y actividades que te generen bienestar y satisfacción. Involúcrate en actividades creativas o deportivas que te hagan sentir alegre.

 

Cuida tu cuerpo.

Procura alimentarte de manera equilibrada, hacer ejercicio regular y descansar cuando lo necesites.

 

Establece metas y propósitos.

Tener objetivos te ayudará a marcar una dirección en tu vida en consonancia con tus valores.

 

Recuerda, sanar es un proceso y cada pequeño paso cuenta.

Comments


Posts recientes
bottom of page